Como parte del lanzamiento del Centro de Estudios Ambientales de la Facultad de Ciencias Ambientales, se hizo la presentación de dos libros, uno de ellos, “La degradación ambiental y riesgo de desastres en la Ciudad de Pereira”, escrito por el geólogo y candidato a Doctor, Héctor Fabio Vásquez, profesor de dicha facultad.
Como comentarista de este importante documento técnico y de análisis del modelo de ocupación en la capital risaraldense, estuvo el jefe de Planeación de la UTP, el ingeniero Francisco Uribe Gómez, quien en una entrevista nos contó detalles no solo del libro sino del Centro de Estudios Ambiental, que considera es una valiosa iniciativa de la Universidad Tecnológica de Pereira, sino también que prestará un servicio importante para la región y el país.
Al mismo tiempo considera que este, se convertirá en un gran Centro de Pensamiento Ambiental, de vital importancia por el aporte que puede brindar en este momento de variabilidad climática, desastres naturales y pérdida de la biodiversidad a nivel global.
Uribe Gómez explicó que el libro no es solo un estudio técnico, sino que a partir de la historia del modelo de ocupación de Pereira se generan unas apuestas y soluciones que se requiere que los tomadores de decisiones le den prioridad.
“Tuve la oportunidad de revisar detenidamente el libro por solicitud de su autor, que además de ser un gran amigo hemos trabajado por muchos años en Risaralda y luego de analizarlo puedo decir, que es de obligatoria consulta no solo para estudiantes, docentes, expertos sino para planificadores y tomadores de decisiones”, dijo.
Allí se analiza el modelo histórico de ocupación de Pereira en los últimos años y son justamente esos modelos de ocupación los que generan las condiciones de vulnerabilidad y riesgo, porque no se tomaron las decisiones de planificación a tiempo.
“Y eso es lo que el profesor trata de demostrar, cómo una ciudad por falta de planificación y de toma de decisiones, muchas veces por la falta de control y vigilancia se van generando y acumulando riesgos que son onerosos en términos de económicos y de vidas humanas, como lo vivimos recientemente con la tragedia de La Esneda”, explicó el Ingeniero.
Allí también se deja claro que el riesgo está asociado a un modelo desequilibrado de desarrollo territorial y social; y a la degradación ambiental que está relacionada con la destrucción de ecosistemas y afectación del riesgo hídrico entre otros, lo que tiene una íntima relación con el crecimiento de los desastres, que en Pereira son de índole hidro climáticos, es decir, causados por deslizamientos e inundaciones relacionadas con precipitaciones e incremento de caudal, agregó
Aunque la capital risaraldense también es una zona de alto riesgo sísmico “recordemos el sismo de 1999 que dejó grandes lecciones que no podemos olvidar porque seguramente la ciudad y la región están expuestas a que vuelva a ocurrir nuevamente un evento similar”, explicó.
Es importante que los tomadores de decisiones conozcan esta información, porque precisamente en los Planes de Ordenamiento Territorial se han incorporado los elementos requeridos para la gestión del riesgo y la gestión ambiental de los territorios, que son importantes, sin embargo, muchas veces el modelo de desarrollo de una ciudad, los desequilibrios sociales y la falta de control y vigilancia que eviten la ocupación de terrenos que no son aptos, generan estas alarmas.
Pero además de que la gestión del riesgo esté incorporada en el POT, se requiere que las administraciones municipales fortalezcan el control y vigilancia para evitar la invasión de terrenos que estén en riesgo. Y por supuesto esto tiene que estar asociado a ofrecer soluciones de vivienda digna a las poblaciones menos favorecidas, que son las que tienden a buscar este tipo de soluciones.
Y señaló “lo que quiero reiterar es que la ciudad no se puede dar el lujo de repetir los errores del pasado, reconociendo que existen avances importantes, pero hay que buscar decisiones y acciones desde el ordenamiento y la gestión sostenible del territorio que prevengan los desastres y adelantar las acciones correctivas a que haya lugar, pero desde ya. Acciones correctivas como reubicar las zonas que sabemos son de un riesgo alto de colapso. Tener programas urgentes de relocalización, y así lo obliga la ley; pero también generar los instrumentos y recursos para eso se den”.
Dijo que tareas de reubicación se han dado, por parte de la Carder en la década del 80 e inicios de los 90´s en el tramo urbano del río Otún, de la Alcaldía en diferentes momentos; de hecho después del terremoto de 1999 con recursos del Fondo para la Reconstrucción del Eje Cafetero, Forec se reubicaron más de 3.000 viviendas en zonas de riesgo, hoy se tienen según los últimos datos cerca de 15.000 viviendas para reubicar lo que significa que no solo se han reinvadido los terrenos sino que el fenómeno ha crecido de manera exponencial, lo que genera una alerta importante de todas las fuerzas vivas y tomadores de decisiones y es necesario adoptar las medidas con la mayor prioridad.
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