Contar con espacios académicos acordes, mejorar las capacidades físico-tecnológicas para atender los procesos de formación académica, investigación y ampliar la cobertura en infraestructura para la comunidad universitaria, es una tarea constante en la Universidad Tecnológica de Pereira.

Y es que en los diferentes espacios de deliberación que habilita la institución, una de las peticiones frecuentes es precisamente un mayor número de aulas, laboratorios, salas de cómputo y de sistemas para cumplir con la demanda de nuestra población de 15.937 estudiantes.

En esta tarea y gracias a la gestión para consecución de recursos desde diferentes fuentes de financiación, en los últimos años, se ha incrementado el número de estos espacios, en los distintos edificios que están en operación y el número aumenta, si suman las edificaciones que están en proceso de construcción.

Solo con las más recientes  edificaciones terminadas que se encuentran en proceso de dotación para su puesta en servicio tales como los edificios de Ciencias Básicas, Tecnología y Educación; El Centro de Transformación de Maderas y las edificaciones entregadas el año pasado como las facultades de Ciencias Agrarias y Agroindustria, de Ingenierías y Centro de Desarrollo Tecnológico con Enfoque en Agroindustria CDTA, se registran aumentos de 17 aulas, 38 laboratorios, 8 salas de sistemas, 4 talleres y 1 sala magistral, oficinas académicas  entre otros espacios para el bienestar estudiantil como salas PAI, zonas de estudio por mencionar algunos. 

Con la construcción del Edificio 15B, cuyas obras iniciaron en el último semestre de esta vigencia, se sumarían 8 nuevas aulas, 2 laboratorios y 8 salas de cómputo a la oferta del campus.

Todos estos espacios fueron diseñados y construidos acorde con las necesidades de los programas académicos y con ellos se garantizan además buenas condiciones de luminosidad y ventilación.

Mejoramiento

Adicionalmente, se han adelantado labores de mejoramiento en diferentes espacios académicos para garantizar no solo la calidad para la formación que se imparte sino también espacios de confort y con ambientes de aprendizaje ajustados a las necesidades y expectativas de la comunidad universitaria, con lo cual se logró la infraestructura física entre los años 2017 y 2019, mediante nuevas construcciones, la adhesión de nuevos bloques como el de La Julita y mejoras en los existentes. Esto representó un  incremento de 78 aulas, 2 salas de sistemas y 61 laboratorios dentro del campus.